fuente. Infobae
Durante su discurso, tras proclamarse como presidente electo, el republicano Donald Trump dijo que “no iniciará ninguna guerra”. “Queremos un ejército fuerte y poderoso. Y lo ideal sería que no tuviéramos que usarlo. No tuvimos guerras en cuatro años”, expresó el mandatario reelecto.
Trump insistió en la importancia de la paz: “Dicen que quiero empezar guerras, no es verdad, quiero detener las guerras”.
El republicano celebró su victoria, antes de que fuera definitiva, en una fiesta al efecto en West Palm Beach (Florida), cerca de su mansión de Mar-a-Lago. Allí, Prometió “ayudar a sanar” Estados Unidos, que iniciará, vaticinó, una “edad de oro”.
“Vamos a arreglar todo lo que está mal en este país”
Agradeció a Elon Musk también presente, su apoyo en la campaña. Por supuesto, pronunció su lema: “Hacer grande a Estados Unidos de nuevo”. La elección marcó una noche histórica para Trump, quien agradeció al pueblo estadounidense por el “extraordinario honor” de haber sido elegido como su presidente número 47. “Lucharé por ustedes, por su familia y su futuro. Lucharé por ustedes todos los días. Y con cada aliento de mi cuerpo, no descansaré hasta que hayamos logrado el Estados Unidos fuerte, seguro y próspero que nuestros hijos merecen y que ustedes merecen”, declaró en su discurso.
Sobre la seguridad nacional, Trump destacó la necesidad de “cerrar esas fronteras y dejar que la gente entre a nuestro país”, pero “de manera legal”. Destacó su compromiso de no iniciar guerras, pues expresó: “no tuvimos guerras en cuatro años”.
Trump, que fue víctima de un atentado en julio en un mitin político, resaltó que “mucha gente me ha dicho que Dios me salvó la vida por una razón, y esa razón era salvar a nuestro país y devolverle la grandeza a Estados Unidos. Y ahora lo vamos a hacer.”
“Esta es una victoria magnífica para el pueblo estadounidense que nos permitirá hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, indicó un Trump fortalecido con la victoria, tras superar los 270 votos electorales necesarios para hacerse con la presidencia.
El partido de Trump también aseguró el control del Senado, arrebatando dos escaños cruciales que anteriormente estaban en manos demócratas, consolidando así su poder legislativo.
Trump afirmó que este ha sido “el mayor movimiento político de todos los tiempos”, destacando que el logro obtenido es “el logro político más increíble”.