Tratar de captar la popularidad en medios, especialmente en las redes sociales, ha llevado a algunas de los que se consideran a sí mismos precandidatos, a realizar acciones innecesarias y llamativas para lograr la atención de los medios y la ciudadanía.
Una de esas formas es la que se denomina Autopromoción Excesiva, lo cual es publicar constantemente sobre uno mismo o exagerar logros para destacar. Muchas de estas actuaciones no logran buscar un fin a largo plazo sino captar el momento, como se dice a Vox Populi, tener sus 5 minuto de fama.
Si bien estas acciones pueden aumentar temporalmente la visibilidad, también pueden tener consecuencias negativas, como por ejemplo lograr una reputación Dañada; la falta de autenticidad puede afectar la percepción de la persona, Efecto Efímero, una popularidad basada en trucos no suele perdurar y esto puede ocasionar también un desgaste Emocional ya que mantener una imagen falsa puede ser agotador.
La figura del político en Bolivia tiene una visión arcaica sumada con idiosincrasia, la visión del líder dador o que hace algo, no importa lo que haga, rodar, gritar, enviar una carta, por mas inefectiva que sea la tarea, es visto como “Hacer algo”. Esta tendencia viene del siglo XIX cuando los nobles o señores feudales, eran vistos como las figuras que debían proveer en todos los aspectos a sus vasallos, estos nobles se caracterizaban porque solo ellos sabían de todo proveían todo y por supuesto sabían todo, nadie podía refutarles y eran la máxima autoridad en decisión, obra y palabra. Esta visión se traslado en el siglo XX a la figura del estadista, un líder que debía conducir todo, proveer todo y que sabía todo, que regía por los demás y tomaba las decisiones de todos.
Estas visiones nos han llevado a tener políticos que se consideran líderes por realizar acciones que por lo general son innecesarias, lo que en el vox populi se conoce como “Falso Afán”, todo con el fin de ser vistos como líderes ante la población.
Es importante reflexionar sobre la verdadera motivación detrás de la búsqueda de popularidad y considerar si vale la pena sacrificar la integridad personal, pero lo crucial es siempre mantener la autenticidad y la ética en nuestras acciones sin que por medio obre un chovinismo.